jueves, 2 de julio de 2015

Reflexión sobre evaluación

Tengo que reconocer que la evaluación ha sido siempre para mi la parte más difícil de mi trabajo, aunque sin duda, la más importante.
En especial la auto-evaluación del profesor me parece fundamental para mejorar el proceso educativo, tanto del docente como del alumno.
En mi trabajo diario utilizo diversas técnicas de evaluación, aunque el sistema de los clásicos controles escritos es la que más abunda, eso si procurando que midan no solo conocimientos sino también que sirvan al alumno para demostrar si han adquirido las competencias que se han desarrollado en las clases.
 En los últimos años hemos ido introduciendo en nuestro centro parámetros par evaluar la actitud y el esfuerzo desarrollado durante el proceso, lo cual me parece fundamental en la etapa de primaria.
Pero aún nos queda un largo camino en este ámbito, el uso de las rúbricas ha supuesto un gran avance, pero su elaboración supone un gran trabajo de equipo, ya que me parece imprescindible que el equipo docente esté de acuerdo en este tema.
En mi centro la evaluación de los alumnos la hacen los docentes, aunque hemos empezado con pequeñas incursiones en co-evaluación y auto-evaluación en el trabajo de proyectos y expresión oral que nos animan a continuar en esa línea, aunque como he dicho anteriormente todo esto implica un esfuerzo extra de preparación para el que no siempre hay tiempo.
Procuramos hacer la evaluación a lo largo del trimestre en cuatro o cinco ocasiones en cada área, normalmente una vez cada tres semanas, aproximadamente coincide con dos unidades.
En conclusión, puedo decir que mi nivel de satisfacción ha aumentado en estos últimos cursos, pero aún me queda mucho por hacer en este campo.

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